domingo, 19 de octubre de 2014

Qué típico.

Hace bastante que no tengo nada que decir, no sé si porque ya no estás o porque llevas aquí demasiado. Siempre ha sido difícil para mí. O fácil, quién sabe. A lo mejor todo es relativo y yo no te miro a escondidas y tú no ignoras mis sonrisas. A veces prefiero pensar que mis sueños son la realidad, porque soñar contigo ya es costumbre. Y no, no tengo pensado dejar de hacerlo. No como tú, que has perdido la mala costumbre de despertar a los pies de mi cama. Parece mentira, a veces me siento en la cama mirando al escritorio y todavía te veo sentado encima de la mesa, sonriendo con esa cara de malo que te gastabas conmigo, con esa mirada que ahora se te pierde entre las piernas de cualquier otra.
He hempezado sin saber qué decía y he acabado hablando de ti. Qué típico de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario